17 de noviembre de 2016

El fin del mundo

El fin del mundo está cerca, eso dicen, eso he escuchado desde que estaba en el vientre de mi madre, que quizás pensó que el fin del mundo jamás llegaría al tenerme en sus brazos el día en que nací.

En 2006 estaba a punto de perder la cabeza. Al pensar en que el fin del mundo había llegado, pero si reprobaba alguna materia; ese era mi fin del mundo. Ahora solo podré decir que el fin del mundo ya ocurrió, o sino miren a su alrededor y díganme si es mentira lo que diré.

Diré que el fin del mundo ya ocurrió; ya no hay amor, hijos contra padres, padres contra hijos, guerras entre gobiernos, discriminación disfrazada bajo intereses sociales, hombres con hombres, mujeres con mujeres, dioses revelados, sellos colocados, naturaleza enfurecida y despiadada, pero nada de esto es en realidad el fin del mundo, el mundo ha estado así desde siempre y trata de corregirse bajo archivos olvidados que acontecen como si fueran pan caliente, pero en realidad no es más que un pan con hongos.

Cada quien vive su final, pero no podemos señalar la manera en que otros buscan salvarse, intentando quedar bien, intentado ser maquinas; que no ven, no siente, no escuchan, no perciben, no sienten.
El mundo llego a su final, en el momento en que intentó ser mejor, para no mostrar el verdadero infierno que siempre ha sido. Estamos viviendo el fin del mundo, pero ese “fin del mundo” comenzó el día en que naciste, pero solo hasta ahora estas sintiendo las llamas ardientes, marcadas por la frustración de ver tu muerte sin ningún éxito que recordar en el más allá.