26 de marzo de 2015

Estado: hoy





Caminaba por el valle, todo tranquilo. De repente una nube cambio su color y se posó sobre mí, tan temible y desgarradora, arrebato mis alegrías y mis esperanzas. Mis piernas perdieron sus fuerzas, mis brazos su balance, mis ojos su perspectiva, mis oídos su sensibilidad y mis labios su aroma. Todo mi cuerpo se disolvió y los trozos de mis pensamientos alzaron sus alas y volaron a la luz del sol.

Hoy no puedo caminar con las mismas piernas que perdí, hoy me toca sembrar unas nuevas, más fuertes, más resistentes, que no tenga miedo del camino, que brinquen y que vuelen a la velocidad de la luz.

Hoy no puede usar los mismos brazos, hoy debo balancear mejor mi futuro.
Hoy no puedo mirar con los mismos ojos, hoy debo limpiar mi retina y observar un nuevo porvenir, desde otra perspectiva.

Hoy no puedo escuchar con los mismos oídos, hoy debo dejar de ser sensible a lo que me hace daño y parar oreja a lo que me hace crecer, hoy debo escuchar con oídos más retenedores de los bueno.

Hoy no debo mover más labios para percibir aromas, hoy debo usar mis labios para trasmitirlos.

Hoy debo caminar, vencer obstáculos, tomar decisiones, tener alternativas y confesar prosperidad.


Hoy debo ser yo mismo. Un cuerpo lleno de vida.

7 de marzo de 2015

Mi preocupación son ellos




No se trata de mí, se trata de quienes me formaron, de los que siempre estaban conmigo. No tengo nada que ofrecerles, no tengo recursos, no tengo nada. Como compensare todo lo que han hecho por mi…. ¿cómo?

Mi mente da vueltas y vueltas, todos los días, a toda hora, en cada lugar. Saben mi preocupación no son los vecinos, ni el estudio. No vivo para pensar en eso, vivo para pensar por qué estoy vivo y es por ellos… les debo todo y cada suspiro.

A mi familia que me mostró el mundo, grande y maravilloso, bello y a veces hasta espantoso, pero junto a ellos nada parecía peligroso, hasta hoy.

Ya no soy un niño y ya no los tengo junto a mí, la vida nos separó, ahora ellos dependen de mí. Ya no tengo que seguir con mis planes al menos no como los soñé. Mis sueños ahora es tenerlos bien y por eso, hoy mi preocupación son ellos.

Hoy he decidido dejar atrás, pausar mis planes y luchar por conservarlos hasta el final, hasta que Dios le complazca tenerlos a aquí.

No me preocupa, si podré caminar o si no podré seguir… no me preocupan mis sueños, ni mi porvenir, hoy me preocupa la fuente que Dios me dio para poder vivir.


Hoy mi preocupación es tenerlos feliz.