Encerrados, pero de la mano de
nuestra propia libertad. Pretendiendo ser almas sin castigo, que cruel castigo que el no poder volar.
He encontrado la manera de llegar
a una verdad, sin duda la verdad soy yo, como aquellas cosas que existen, están
allí porque yo les doy sentido, igual que la verdad, cada quien vive bajo sus propias
verdades, esas mismas que te hacen pensar, en ese momento cuestionas la verdad.
Dejar de ser buenos para los demás, abandonar la inocencia que nos da la
mentira y me refiero a que para muchos somos una verdad buena, pero cuando se
dan cuenta de lo que realmente somos, entonces nuestra verdad será para ellos
un engaño, pero no dejará de ser y una verdad, una mala verdad.
No podemos olvidar una verdad,
pero si podemos dudar de esa verdad, como lo hacemos con nuestra propia
existencia.
Solo existe algo real y
verdadero, algo que nos hace vivir, que nos involucra en medio de la nada antes
del vivir y en la nada después de morir. La muerte es lo único que le da
sentido a la vida, sin ella nada valdría la pena; abrazos, sonrisas, amor e
incluso odio. Así como las cosas existen porque le damos sentido, el sentido a
la muerte viene predeterminado en nuestro chip. Somos nada, de esa verdad no
podemos escapar.