A mí nadie me ha amado. El sol me quema con tanta verdad y el calor de sus llamas no se compara con el dolor que hay en mi corazón; esta triste y sonríe como si todo estuviera bien, pero… nada lo está y eso duele más; que a mí nadie me haya amado aún.
Lo pienso en noches donde el frio hace daño y destruye tu moral sin piedad. Ten piedad… solo un poco cupido de verdad y suéltame por favor, déjame continuar con los ojos amargos y chiquitos de volar en la inmensa mar de lo que pudo pasar, y no ha pasado lo que tiene que pasar; alguien me tiene que amar.
A mí nadie me ha amado. Yo he buscado en tus palabras esperanzas del mínimo
amor y lo encuentro enterrado en alguno de tus cajones lo he notado, dime ¿por
qué fue desviada la flecha de tu amor a otros labios? Podría ser hasta tu cómplice,
pero el asesinado he sido yo.
A mí nadie me ha amado; no amaré yo menos ni que me pagues un centavo. Ahora
lo entiendo todo, en mis manos estaba el arco que las flechas disparaba y la
destruí en mis pedazos, porque la realidad es que yo no he podido saber cómo
dejarse amar; lamento mi fracaso, y la muerte del cupido que me había tocado.
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