Eran los ojos perfectos para Mamá, existía un
universo misterioso en medio del negro que rodeaba su alma, una que me hubiese
gustado tener. No eran en realidad los ojos que Mamá merece, seguiré buscando.
Su cuerpo desglosaba un sinfín de colores en mi paladar. Me hubiese gustado
probar un poco de su néctar, sin dudar, y por dudar hoy no se lo puedo dar a
Mamá. No era en realidad el cuerpo que le hubiese gustado a Mamá.
