3 de marzo de 2019

El síndrome de Klaus

Las noches son tan pesadas, sobre todo cuando tienes pendientes del corazón. Los fantasmas empiezan a aparecer en tu mente y se vuelven realidad por minutos, ahí están en frente de ti, todas las noches sabrás de ellos, no te dejarán en paz, nunca. Para cualquier mortal sería tener un gran poder,  ver el pasado y hablar, y  resolver dudas y conciliar para tener un futuro tranquilo, pero para alguien que se siente fuera de este mundo tener que ver el  pasado nuevamente es tormentoso. Es una maldición tener que lidiar con algo que no se pudo dar, que anhelabas con todo el corazón, pero que te hizo perder la razón y huyó.


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¿En que puede contribuir algo que no tuvo un final? ¿Qué puede aportar a tu vida actual algo que te rechazó y en pocas palabras te utilizó? Es una maldición estar al borde de la muerte y no sentir la paz que necesitas para irte feliz… no se desearía despertar un vez más, no cuando arruinan tu vida y no te dejan seguirla sin más. Malditos fantasmas que llegan en las noches a recordar lo inútil que fuiste para sus vidas, sin olvidar que muchos de esos fantasmas fueron creados por ti mismo.

Lo peor de tener que  ver fantasmas es tener que lidiar con lo que causó sus muertes. Pero tú no tienes nada que ver, sin embargo solo tú puedes verlos. Lo que tienes que saber es que una vez que tengas la certeza que por más que luchaste ya no tienes relación con ninguno, desaparecerán. Una mañana despertarás con la sensación vacía de que algo te falta, corre y sal a encontrarte con nuevas experiencias, que no se vuelvan fantasmas en las noches, que sean  placeres que te besen y no te trastornen.





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