Y fui con mi espada, afilada con
el brillo del sol y las lágrimas de la tormenta, fui y no supe como atacar, era
mi final, así lo sentí. Media vida al abismo, desgarrando mi alma al futuro
incierto y juguetón. ¿Cómo pueden jugar conmigo? ¿No me he sacrificado lo
suficiente?
Me siento mal, muy mal.
Es imposible ocultar la rabia,
sobre todo cuando lo has dado todo, cuando te partes el lomo y no valora nada
de esto. Te utilizan como monigote, a su antojo, aprendes a decir si, si a
todo, pero ¿y cuando digas no? Sencillo, no sirves, no eres un buen elemento,
no es colaborador.
Confieso, me siento decepcionado,
¿de qué? De mí. Como puedo ser tan ingenuo, tan bobo y tan fácil de convencer,
llevo el pecado más grande que he aprendido, el de esperar, ¿hasta dónde
espero? No sé, pero de algo si estoy completamente convencido, no quiero
esperar más.
Y me devolví con mi espada,
afilada con el brillo de mi desesperación y las lágrimas de mi confusión, me devolví
y no supe cómo defenderme, era mi comienzo, así lo sentí.
Imagen.
https://zubilandia.files.wordpress.com/2009/06/20070925115848-lloviendo.jpg
No hay comentarios:
Publicar un comentario