Y dibujé un corazón, era algo
pequeño para todo lo que tenía dentro; mi alma y mi espíritu. Lo he mostrado a
todo el mundo, incluso a mi tía chismosa, a mi prima envidiosa, pero cuando mis
padres lo vieron me insultaron, para ellos era algo tan repugnante, pero era mi
corazón, entonces huí
Quizás era mi corta edad para
mostrar, pero nadie veía lo que tenía este corazón en verdad, nadie se tomó la
molestia de tocarlo y sentir su aroma sentimental, y observar sus ojos de
cristal, nadie veía lo que quería que vieran, me ha dolido el rechazo, me ha dolido
la falta de fe en lo que definitivamente es.
Comprendí en mí huida, cuando
hable con el sol, me dijo que todos lo ven tan pequeño, que todos con sus dedos
pretenden tocarlo, pero que si supieran cuan ardiente es, todos pondrían hielo
para calmar el ardiente fuego encendido en sus manos y preferirían un helado a
un café. Se abrió mi mente, comprendí que ya el resto del mundo se creció e inflaron su corazón, uno que ya no tiene nada por dentro, uno que solo se muestra adornado
ante la sociedad, aquel que sacan a pasear; en san Valentín, día de la madre o
de la amistad, navidad y otras fechas más.
Alejandro Alvarez Julio.
Imagen tomada de Internet.
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