Hoy
es un día de aquellos, donde todo el mundo esta pendiente de algo
maravilloso, algo natural… las cosas naturales son bien vistas,
pero hay cosas que sobresaltan lo natural y son llamadas
sobrenaturales, pero que no se pueden tratar como algo raro, porque
resultan más normales de lo que uno puede lograr a imaginar.
Por
la ley natural los hijos mayores deben casarse primero, por la ley
natural todo lo que tenga alas debería volar, por la ley natural el
hombre debería conservar la vida, pero...¿Qué pasa con aquellos
hijos menores que se casan primero? ¿Convierten a el mayor en un
fenómeno? ¿Qué pasa con las gallinas? ¿Son un fenómeno por no
poder volar ? ¿Qué pasa con el hombre que ha decidido quitarse la
vida? ¿ Es un hombre desequilibrado mental o un endemoniado total? Tenemos que
ser conscientes que no todos pertenecemos al orden natural de las
cosas, simplemente pertenecemos al orden sobrenatural, que es aquello
que va más allá de lo simple o cotidiano , de aquello que todo el
mundo teme por simple ignorancia, ver y sentir cosas diferentes de
las cuales ya estamos enseñados , pero no quiere decir que seamos
fenómenos, la vida no es lo que nosotros pensamos, la vida es un
fenómeno de por sí y existen fenómenos naturales y fenómenos
sobrenaturales.
Lo
que ocurre hoy en día es que nos obsesionamos tanto en la búsqueda
de una explicación a todo aquello que no somos capaces de aceptar,
que cuando logramos encontrar una respuesta nos damos cuenta que no
era algo tan grave, ni tan fuera de lo “natural” que perdemos el
tiempo en esa búsqueda que dejamos de lado lo que siempre ha estado
delante de nuestros ojos, eso sobrenatural que en verdad ya hacía
parte de los sucesos de la vida que no podemos controlar y que
tampoco podemos constituir con una ley. Existen alas que no pueden
volar, existen reglas que no se pueden cumplir, y existe algo que aún
no se conoce, como la muerte de la que todos hablan, pero que aún
sigue siendo una ley natural por la cual todos debemos pasar, pero de
la cual todos queremos huir.
No
es malo ser parte de otro tipo de orden. Yo por lo menos no soy parte
del orden natural de las cosas.